viernes, 2 de febrero de 2007

¡Mis problemas son los más importantes!


Cuando me planteo el desarrollo vital de una persona me viene a la mente una espiral en ascenso con sus avances y retrocesos. También me planteo en que medida superar una etapa implica la anterior, aunque en cierta forma se contradigan.

Mi razón me dice que existen problemas más difíciles y complicados que los míos tanto en otras personas, como a nivel mundial.

Cuando, un amigo se siente mal, tendemos a utilizar este tipo de razonamiento, es decir, apelamos al macrosistema, relativizamos su circunstancia con otro tipo de temas como: el hambre en el mundo, las guerras, etc. Incluso le hacemos culpable de su sentimiento y le consideramos egoísta por lo haber caído en la cuenta de lo que le hemos contado.

Sin embargo, nadie nos salvamos de tener días tristes, melancólicos, susceptibles... Y cuando la situación se invierte tendemos a considerar nuestros problemas como los más importantes. Desde un punto de vista egocéntrico, como un niño preoperacional según las etapas propuestas por Piaget. ¿Dónde ha quedado la mente madura que daba consejos al amigo desolado? Parece como si quedara desvanecida durante algún tiempo, aunque posteriormente, volvamos a re-capacitar sobre ello y tomemos la suficiente distancia como para poder razonar la situación que origina este sentimiento, como personas adultas.

Pero, existe un momento en el que queda sepultada esta capacidad, y lo que me pregunto es: ¿hasta qué punto no se trata de uno "retroceso" hacia etapas anteriores? Para poder dar luz a esta pregunta encontré una definición que me parece bastante acertada del término desarrollo. Según González, E. (1)
Desarrollo es el "incremento cualitativo que muestra una persona o cosa en el orden físico, cognitivo, social o moral (...) son los cambios evolutivos, y por tanto, acumulativos e irreversibles"

Si aceptamos como válida esta definición, podría decirse que a lo largo de nuestro ciclo vital obtenemos distintos cambios, que vamos acumulando, por tanto, ello explicaría que pudiésemos recurrir a reacciones, sentimientos de etapas anteriores.

A pesar de ello, y en condiciones normales, se suelen recurrir a las recientes puesto que suelen implicar una mayor capacidad de adaptación al medio, en términos conductivas podría decir que han recibido más refuerzo. Ello no implica que el sujeto no pueda recurrir a otras que estén en aparente contradicción. Digo aparente, porque en cierto modo el pensar en uno mismo, es necesario para nuestra seguridad, aunque poco a poco "dejemos" que cobre importancia el grupo, la sociedad, ya que, éstas también reportan en nosotros esa seguridad, dejamos de lado parte de nuestra intimidad para satisfacer ésta, según Maslow en la jerarquización que hizo de las necesidades en su conocida pirámide la seguridad y la autoprotección se encuentra en la base por tan solo detrás de las necesidades fisiológicas. De ahí la paradoja entre la importancia que se conceden a los propios problemas y la que se concede a los problemas de los demás.





(1) GONZÁLEZ, E. (Coord.) (2000). Psicología del ciclo vital. Madrid: CCS. Páginas 20-25

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Ante todo daros las gracias por consultar mi blog, espero que esto sea el comienzo de la elaboración de un gran espacio de concimiento en el que todos podamos aprender. Silvia